Catalanes en Argentina: gran entusiasmo y muchas trabas para votar en el reférendum independentista

https://www.clarin.com/mundo/catalanes-argentina-gran-entusiasmo-muchas-trabas-votar-referendum-independentista_0_HytZxY5iW.html

La comunidad catalana en Argentina, la segunda mayor del mundo, vive con «mucha intensidad» el proceso de independencia de Cataluña, pero muy pocos pudieron votar para el referéndum del próximo domingo por las trabas derivadas de su impugnación por la Justicia, y aún está por verse si España no bloqueará sus votos.

De los 32.000 catalanes presentes en el país, apenas «alrededor de 500» pudieron votar por correo para la consulta, según indicó el vicepresidente de la Federación Internacional de Entidades Catalanas (FIEC), Josep Puig Bóo.

Esta participación tan baja se explica por las dificultades a las que se enfrentaron los votantes en el extranjero que intentaron sortear la maquinaria desplegada por el gobierno del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para cumplir con la suspensión del referéndum dictada por el Tribunal Constitucional.

Al ser considerado «ilegal» por el Estado central, las autoridades catalanas se vieron privadas de un censo oficial y tuvieron que instar a los residentes en el exterior a inscribirse antes del 6 de septiembre en un registro voluntario del gobierno regional, requisito fundamental para poder emitir el voto.

La comunidad catalana en Argentina, la segunda mayor del mundo, vive con «mucha intensidad» el proceso de independencia de Cataluña, pero muy pocos pudieron votar para el referéndum del próximo domingo por las trabas derivadas de su impugnación por la Justicia, y aún está por verse si España no bloqueará sus votos.

De los 32.000 catalanes presentes en el país, apenas «alrededor de 500» pudieron votar por correo para la consulta, según indicó el vicepresidente de la Federación Internacional de Entidades Catalanas (FIEC), Josep Puig Bóo.

Esta participación tan baja se explica por las dificultades a las que se enfrentaron los votantes en el extranjero que intentaron sortear la maquinaria desplegada por el gobierno del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para cumplir con la suspensión del referéndum dictada por el Tribunal Constitucional.

Al ser considerado «ilegal» por el Estado central, las autoridades catalanas se vieron privadas de un censo oficial y tuvieron que instar a los residentes en el exterior a inscribirse antes del 6 de septiembre en un registro voluntario del gobierno regional, requisito fundamental para poder emitir el voto.

Si bien en la Argentina (cuya comunidad catalana es la segunda del mundo tras la de Francia) las entidades catalanas hicieron campañas de comunicación a favor de la inscripción y votación, las «trabas» administrativas y la falta de lazos fuertes con la catalanidad de ciertos descendientes limitaron el número de registrados.

«No es un trámite sencillo por todas las necesidades burocráticas y legales para mantener la seguridad del registro», declaró Puig Bóo en entrevista con Télam, y destacó además que «no hay cultura clara en esta zona de América para registrarse»

Una alegría para los catalanes en la diáspora.

La declaración de hoy para los catalanes de la diáspora realmente es un logro, un anhelo que muchos lo escuchamos desde chicos, pero pensamos que no íbamos a llegarlo concretarse.  Para nosotros, y para mí, seguir toda la votación fue un momento de mucha euforia y de mucho placer. Soy también conciente de que nada fue pactado: 18 veces se intentó pactar un referendo y no se pudo concretar. Y esto se debe a que hay toda una metodología desde el gobierno central de Madrid que no quiere oìr,  que no desea escuchar ni negociar. Para la cultura castellana, la negociación es señal de debilidad y eso queda demostrado en el ejercicio de fuerza que hicieron el 1 de octubre apaleando gente. Sobre todo, no dejando que se pueda votar, que se pueda decidir.

Creo que para los argentinos, desde este lado del mundo, es mucho más interesante ver qué está sucediendo desde una mirada un poco más abarcadora, desde una mirada un poco más sociológica, psicológica, sociológica y no encerrarse en el discurso del derecho.

Como sabemos los que hemos tratado con abogados, las leyes caducan, cambian. Si no entendemos lo que pasa como un cambio epocal, sino lo entendemos dentro de un proceso en el que también estuvo involucrado Argentina en el quiebre del 2001, si no lo entendemos dentro de un proceso que incluyó el 2015, la primavera árabe, no vamos a entender lo que pasó hoy en Cataluña.

Para usar términos psicoanalíticos, hay un malestar en la cultura muy fuerte. Para mí, hay claramente, un malestar en la cultura democrática, en la democracia de partidos, la democracia de acuerdos en despachos. Esa forma fue vaciando de contenidos a la democracia. El mal uso que hicieron algunos políticos del término democracia y de la gestión democrática y de la gestión política, la terminó vaciando de contenidos. Y ese vacío genera un descrédito frente a ciertos planteos. Por ejemplo, es muy fuerte que el partido popular, especialmente Mariano Rajoy hable de legalidad cuando él mismo, en el caso Gürtel, no la cumplió. El PP está implicado en un caso de corrupción en el que una jueza en Madrid dijo que vivían de la corrupción. Y esto lo dice una jueza madrileña.

Por eso es difícil creerle. Hay muchos dirigentes del PP con causas penales y causas judiciales. Con qué autoridad se habla de legalidad. En España, de buenas a primeras, se cambió la constitución en muy poco tiempo para salvaguardar a los bancos. Es decir, cuando se quiere, hay una mirada amplia que sostiene estructura de estado que ya están perimidas.

Con la independencia de Cataluña se demuestra que hay un régimen, el régimen del 78, momento en el que se hizo una constitución con el miedo que vuelva el franquismo (había muchos jueces que venían del gobierno anterior), la Alianza Popular, que es germen del Partido Popular. Un proceso similar al de aquí en el 83, en el que muchas decisiones que se tomaron tuvieron que ver con una apuesta a la democracia. Pero la situación en España y en Europa no es la misma. La Unión no cumple con los propios acuerdos para los refugiados, y termina siendo un club, no de países, sino de empresarios. Un dato es que hay presidentes del estado español que terminaron dirigiendo empresas europeas privadas.
Los negocios privados, los negocios con la política, van generando un sinsentido que llevarán a otros modos de vivir la democracia. La independencia de Cataluña nos lleva a un nuevo modo de vivir la democracia.
El presidente Carles Puigdemont dudó de declarar la independencia y la gente le volvió a decir dónde estaba, qué es lo que quería. El 1 de octubre constituye un hecho increíble porque la gente fue la que custodió las urnas para que se pudiera votar. La gente va a custodiar de la misma manera las instituciones.
Esperemos que en los próximos días, reine el espíritu de diálogo y la independencia sea origen de nuevos contenidos.

La Diada del 11 de septiembre.

http://www.infobae.com/opinion/2017/09/10/la-diada-del-11-de-septiembre

http://www.elcomercial.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=233599:la-diada-del-11-de-septiembre&catid=58&Itemid=59

El 11 de septiembre es una fecha muy cara para el pueblo catalán. No es una fecha trágica, por cierto, ya que los catalanes hemos sabido, a lo largo de nuestra rica y azarosa historia, convertir el infortunio en oportunidad para la afirmación, orgullosa y soberana, de nuestra propia patria. Pero si no hay tragedia en aquella fecha del año 1714, tampoco conmemoramos, ese día, un hecho feliz,  sino el hito fundacional de la pérdida de nuestra libertad que, paradójicamente, ha venido reafirmando, crecientemente, la identidad catalana y su exigencia de verdadera y definitiva independencia.

La expresión «Diada»  resultará extraña para muchos,  ya que poco se conoce de Catalunya. Este país, como todo territorio europeo, tuvo sus idas y vueltas. Sus primeros colonos se fueron aglutinando con otras culturas e hicieron nacer una nueva identidad. Catalunya fue el lugar de asentamiento griego desde el siglo VI antes de Cristo; luego fue puerto romano hasta que en el siglo IX, de la mano Carolingia, se conforma la organización feudal franca que, a fines del mismo siglo, fundará la organización nacional catalana que regirá  los destinos del país durante cinco siglos.

El  rey Martín el Humano no tuvo descendencia y a ello se debió que una rama castellana se introdujera en Catalunya. No obstante, siguieron vigentes las leyes que se habían promulgado y las instituciones parlamentarias catalanas que, junto al idioma propio, ya constituían  las específicas señas de identidad de un pueblo y de una nación.

La historia siguió su curso y, al cabo de varias revueltas protagonizadas por soberanos absolutistas, el pueblo catalán fue consolidando paulatinamente su personalidad y su idiosincrasia, tan diferentes de sus pueblos vecinos como para que Catalunya fuera considerada una presencia extranjera en suelo español. Por ello, el pueblo catalán no participó  de la conquista y colonización en América. Esto significa, entre otras cosas, que está exento de responsabilidad por aquella barbarie que  se ensañó con los pueblos originarios, desde el río Bravo a la Patagonia.

España nunca cejó en su afán uniformador y en su voluntad anexionista. En 1714, Catalunya resistíó frente a Felipe V y reconocó a Carlos de Austria como soberano, lo cual dio origen a la agresión militar española. Durante ocho meses, en 1714, Barcelona, la heroica capital de un pueblo que no renunciaba a su soberanía, fue asediada por una alianza de tropas castellanas y francesas. Y así, el 11 de septiembre de ese año, Barcelona cayó en manos de España. Inglaterra y Carlos de Austria, aliados naturales de Catalunya, no se hicieron presentes en el teatro de operaciones y el pueblo catalán fue abandonado a su suerte. La  Diada, es decir, la digna y justa lucha de Catalunya por su soberanía, es recordada, a partir de esa fecha, como el hito político fundacional del país catalán moderno.

Esta sucinta historia demuestra que la identidad catalana ha nacido al cabo de un proceso histórico de más de 1200 años, de los cuales sólo casi 300 se vivieron  bajo el dominio foráneo.

Desde el Siglo XIX, con el renacimiento catalán, ha venido cobrando fuerza el sentimiento nacional nunca acallado y siempre latente. Este proceso de afirmación, se ha dinamizado crecientemente debido a varias causas, entre las cuales  la hartura de los catalanes ante la arbitraria y humillante discriminación  a que se ve frecuentemente sometido por parte del poder central español, ha jugado un papel no menor. Los reiterados agravios ante el uso de nuestro idioma nacional se inscriben en esa línea de conducta centralista y antidemocrática.

Hoy en día,  hasta políticos de la Unión Europea han pensado en la posibilidad de una Catalunya independiente.  No hace mucho que el  ex presidente  de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, admitió,  por primera vez, que: «… en el caso hipotético de una secesión de Catalunya, la solución se tendría que encontrar y negociar en el marco legal internacional».  Se trata de una afirmación pletórica de sentido común y que rinde culto a la virtud del respeto hacia un pueblo que lo merece por el solo hecho de que reclama su derecho a existir soberanamente desde hace siglos. Es un avance en un mundo que igualmente avanza hacia el reconocimiento creciente de la singularidad cultural de pueblos y naciones.

Y no es sólo Catalunya. Es también, por caso, Quebec, con el reclamo francófono hacia el poder central de Canadá; es, asimismo, Escocia, que camina  en pos de iguales objetivos independentistas. Catalunya quiere recobrar las libertades y la personería jurídico-estatal propia que alguna vez tuvo  y que mostrará al mundo que hay una cultura milenaria que enriquece a la humanidad con su aporte original específico.

Negación, posverdad y violencia.

http://www.perfil.com/columnistas/negacion-posverdad-y-violencia.phtml

Al enseñar a mis alumnos los mecanismos de defensa, suelo comenzar por el básico: la negación, el decir “no”. Lo vemos en el caso de un niño que está solo en la habitación y sus padres le preguntan, luego de ver agua en el piso y el vaso roto: “¿Vos tiraste el agua?”. El niño dice: “No”.

Es un mecanismo sencillo, básico, que muestra cómo con un poco de esfuerzo se puede vencer a la resistencia. Pero sucede con frecuencia que el negador, al enfrentarse con la realidad negada, se transforma en violento. Porque esa antigua negación le produce un displacer al que su estructura psíquica no quiere enfrentarse.

En Cataluña se vive desde hace cinco años un proceso signado por el reclamo de un referéndum que es constantemente negado por el Estado central. El Gobierno Autónomo Catalán puso fecha para ese referéndum: el 1º de octubre. El resultado ha sido que el Gobierno Central choca con una realidad que no puede modificar. Su respuesta, entonces, es la violencia institucional: amenazas judiciales, controles económicos, anuncios de más controles, judicialización del conflicto político. Esto significa que, como no pueden resolver el conflicto, lo niegan. Como el niño del ejemplo, sólo atinan a decir no.

A esto se suma que salió a la luz un documental que muestra el manejo de fondos del Estado para el armado de campañas sucias, de lo cual se pretende inculpar a los independentistas: “las cloacas de interior”, donde se muestra cómo sistemáticamente el Estado es usado para difamar y armar causas judiciales.

Si bien se mira, se trata de un caso de “posverdad”, porque sobre la negación de la realidad se arma una verdad paralela que, en realidad, no es verdad sino una narración artificial con la que el Estado central se enfrenta a lo inevitable. En este contexto, se acerca el 1º de octubre.

En Argentina cuesta entender de qué hablamos cuando hablamos de un referéndum de autodeterminación para una Nación histórica que no tiene Estado desde hace un poco más de 300 años, y se lo entiende como si Jujuy o Corrientes hicieran ese planteo. Nada más errado que ese análisis.

En verdad, el tema de la independencia de Cataluña se asemeja más a la reivindicación de los pueblos originarios de América, ya que el catalán es un pueblo preconstitucional y dueño de las tierras donde vive ancestralmente.

Cataluña es una Nación de más de mil años de existencia que perdió su autogobierno hace 300 años.

Otra confusión surge cuando se compara el reclamo con el de los isleños actuales de las islas Malvinas. No es lo mismo, porque los catalanes milenariamente estuvieron en esas tierras, con leyes propias, idioma e instituciones de gobierno propias.

Las Malvinas fueron invadidas y usurpadas en 1833, habiendo pobladores argentinos y habiendo reconocido en el tratado de 1825 Inglaterra a la Argentina como Nación y sus territorios heredados.
Por ello, volviendo a la comparación entre la negación y el referéndum, es necesario captar la justa dimensión del conflicto para poder resolverlo. En la psiquis humana lo que no se resuelve vuelve de otra forma generando perturbación psíquica personal o malestar social, y el retorno del conflicto negado, como vimos, no es buen camino porque significa aferrarse a una negación contra toda lógica y contra toda razón.

El Parlament rellança el registre de catalans a fora.

http://www.gxi.cat/09-11-16-el-parlament-rellanca-el-registre-de-catalans-a-fora-el-punt-avui

Més de 260.000 catalans viuen a l’estranger, segons dades de l’Idescat, però al registre voluntari de la Generalitat, creat el 2014, només n’hi ha inscrits 4.470. Aquest decalatge és el que es vol combatre amb el projecte de llei de la comunitat catalana a l’exterior, que avui arriba al Parlament i es tramita pel procediment d’urgència. Ciutadans i el PP hi han presentat esmenes a la totalitat.

La llei impulsarà el registre de catalans que viuen a fora per mitjà d’una campanya institucional. La millora d’aquesta eina ha de permetre coordinar més bé les relacions entre la diàspora catalana i les institucions del país, una vella reivindicació de la comunitat que viu a fora. Però va molt més enllà. La norma, que actualitza una llei que datava de 1996, esdevé una estructura d’estat per potenciar el paper de les comunitats catalanes en el desenvolupament de l’estratègia de projecció internacional i per incentivar la participació electoral.

A tall d’exemple, al consolat espanyol de l’Argentina hi ha registrats 23.000 catalans, dels quals aproximadament 2.000 acaben votant.

Segons fonts del govern, “les noves tecnologies i possibilitats de transport converteixen les comunitats en agents actius de diplomàcia pública i en destacats ambaixadors de Catalunya”. El president del Casal de Catalunya de Buenos Aires, Josep Puig Bóo, prefereix parlar de “col·laboradors”. “Molts no estem preparats per fer d’ambaixadors, però donem suport i fem un esforç per difondre el context català i motivar la gent a votar”, assegura.

En concret, Puig Bóo destaca la importància que les comunitats “puguin ser coordinades en la difusió de la situació de Catalunya”. “És més fàcil per a les 16 comunitats catalanes de l’Argentina arribar als mitjans de comunicació del país que la Generalitat”, argumenta.

Cap a la república

El govern observa la norma com “un pas més per demostrar la voluntat d’esdevenir una república”. El 2012, només el 6,7% dels residents a l’estranger van voler o van poder votar. En les passades eleccions al Parlament, amb caràcter plebiscitari, el percentatge va pujar fins al 7,5% (14.919 persones), però hi va haver un allau de queixes de milers de catalans que denunciaven traves per poder exercir el dret a vot.

Dels vots emesos a l’estranger pel 27-S, el 63,73% va engruixir opcions independentistes, una xifra considerablement superior a la que van registrar entre els vots emesos a Catalunya (47,74%).

Tanmateix, la intencionalitat de la llei sobrepassa la incentivació del sufragi. També ha de servir per coordinar el fet migratori català, de manera que s’acompanyi la mobilitat internacional dels catalans en el moment inicial de marxar, es mantingui el seu vincle amb Catalunya i, si s’escau, se’n faciliti el retorn voluntari.

“Per mi incentivar aquest registre és molt important perquè és una eina de coneixement per saber per què la gent se’n va, on se’n va i per quines motivacions. És una eina d’informació. Per intuïció és complicat fer les coses”, conclouPuig Bóo.

Actualment hi ha registrades 141 entitats de catalans a l’estranger. La primera va ser la de l’Havana el 1840, i poc després van venir el casal Montepio de Montserrat a l’Argentina (1851) i el Casal de Catalunya de Buenos Aires (1886).

Catalunya marcha a la independencia.

El 11 de septiembre Catalunya celebrará su día nacional, su fiesta nacional o, como la llamamos los catalanes, la Diada, esto es, la Diada de l’Onze de Setembre o Diada Nacional de Catalunya.
La celebración del 2014 ha resultado particularmente significativa pues se cumplieron tres siglos de la toma de Barcelona por parte de las tropas borbónicas, en el marco de la guerra de sucesión española entre los partidarios de los Habsburgo y los de los Borbones.
El conflicto, larvado y potencial, se actualizó en un estallido bélico cuando Carlos II, el Hechizado, último representante de la Casa de Austria en España, murió, en 1700, sin dejar descendencia. Su trono se lo disputaron, desde entonces, Felipe de Anjou (futuro Felipe V), sobrino nieto del monarca fallecido, y el archiduque Carlos, perteneciente a la rama austríaca de los Habsburgo y sobrino segundo del anterior soberano.
La guerra, aunque en teoría acabó con el Tratado de Utrecht en 1713 (que supuso, entre otras cosas, la pérdida de Gibraltar), continuó de facto en España. En Barcelona, los defensores austracistas (partidarios del archiduque) fueron sometidos a un sitio de catorce meses, hasta que la ciudad cayó ese 11 de septiembre de 1714.
Se trata de un hecho histórico fundacional que hace a la identidad catalana y, como tal, su conmemoración ha venido interpelando a nuestro occidente, en los últimos trescientos años, acerca de una realidad geopolítica y cultural: la Nación catalana es un sujeto con vida propia que siempre ha hecho su aporte original específico al acervo espiritual de las naciones del mundo.
Y ha querido la historia que la circunstancia presente encuentre al pueblo catalán enfrentado a su desafío más trascendental. En este 2015, la fiesta de la Diada Nacional se halla henchida de un contenido excluyente: la exigencia de unas elecciones que se pelea para que sean plebiscitarias.
El próximo 27 de septiembre, el pueblo de Catalunya en medio de unas elecciones autonómicas buscará tener el derecho a decidir sobre su independencia; y en caso de que el resultado fuese afirmativo, será un paso más hacia una Nación independiente.
En aras de la realización de esta vieja y justa aspiración histórica, el pueblo catalán se ha venido expresando masivamente. En 2012 más de 1.200.000 personas caminaron por las calles de Barcelona.
El año pasado, una cadena humana (alrededor de 1.600.000 manifestantes) marchó de una punta a otra del país catalán. Y a estas horas, la manifestación en forma de «V» (votar), que convocan conjuntamente la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Ómnium Cultural, y que alcanzo los 1.800.000. Cifras elocuentes, sin duda, sobre todo sabiendo que en Catalunya hay 6 millones y medio de habitantes.
Todas estas manifestaciones tuvieron lugar «a la catalana», esto es, con alegría y civismo; y en paz. Como decimos nosotros, amb seny i rauxa (con sentido común y coraje). Es que el reclamo por el derecho a votar y, luego, por el derecho a decir si queremos o no ser independientes, no tiene por qué surgir de la violencia. La independencia de Catalunya será el logro de un pueblo que ama la libertad, pero que también quiere vivir en paz

Y…¿los políticos catalanes?

Después de la marcha del Onze de setembre no les queda otra opción que tomar las banderas que la manifestación y la sociedad civil exigieron. Antes de finalizar la multitudinaria movilización, se realizó una votación a mano (o cartulina verde) alzada, donde uno de los puntos era pedir a los políticos que trabajen para una Catalunya independiente. Por ello, se espera que esta semana los partidos políticos de Catalunya puedan pronunciarse en el parlamento catalán con un documento soberanista que se viene preparando luego de la marcha.

Es notorio como el impulso de la sociedad civil está haciendo que los políticos se vayan posicionando de un lado soberanista cuando antes los veíamos parados desde el unionismo (catalanes nacionalista proclives a seguir unidos con el estado español).  
Podemos suponer que los partidos catalanes se pronunciaran a favor del derecho a decidir de los pueblos (CIU, Verd, SI, Ezquerra Republicana) como por el otro lado, el PP y Ciudadanos se opondrán. El que tendrá que definirse será el Partido Socialista Catalán, es decir, seguir aliado al centralismo del PSOE o abrirse y apostar al soberanismo. Obviamente los políticos saben como moverse sin pronunciarse partidariamente en tiempos difíciles.
El presidente del Football Club Barcelona se posicionó diciendo que: ¨estaremos apoyando el derecho a elegir de los pueblos¨. Este club, es algo más que un equipo de futbol, no nos olvidemos que Franco mandó a matar a su presidente, y que en el Camp Nou es uno de los lugares donde más se muestra el pedido de independencia. En este proceso de independencia la presión nace de las bases de la sociedad civil, que se supo organizar y se sostiene sobre ella misma, por ello, podemos ver que los acontecimientos son veloces ya que los políticos tendrán que responder al mandato que se les fue otorgado. No descartemos entonces un posible llamado a elecciones anticipadas para logar que la sociedad catalana soberanista pueda tener una mayoría indiscutible en su parlamento y realizar los pasos democráticos necesarios que hagan escuchar sus reivindicaciones históricas de un estado propio.

Aval para votar en Catalunya.

El Consejo de Garantías Estatutarias  emitió un dictamen, el 22 de agosto, en el que avala la ley de consultas. Dicha ley será promulgada en este septiembre por el Parlamento Catalán bajo el paraguas del Estatuto.


El Estatuto de Autonomía de Cataluña es la norma institucional básica de Cataluña que las Cortes Generales de España han aprobado en 19321979 y 2006 para otorgar la autonomía y fijar los márgenes del autogobierno en dicho territorio. El último estatuto tuvo recortes del gobierno de Madrid y luego del Superior Tribunal de Justicia a petición de algunos partidos políticos y en contra de lo aprobado por voto de la ciudadanía. A pesar de ello, quedó aprobado el Consejo de Garantías Estatutarias.

El Consejo de Garantías Estatutarias de Cataluña es una institución de la Generalitat creada por el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña. Vela por la adecuación al Estatuto y a la Constitución de las disposiciones de la Generalidad y tutela, asimismo, los derechos reconocidos en el Título I del nuevo Estatuto de autonomía y de los que establezca, cuando se apruebe, la Carta de los derechos y deberes de los ciudadanos de Cataluña.

En su dictamen, de 159 páginas, el Consejo de Garantías concluye que la consulta se adecua al artículo 122 del Estatuto catalán, que versa sobre la capacidad de convocar consultas populares no refrendatarias. Al respecto, el informe entiende que la articulación de determinados procedimientos orientados a obtener la opinión de la ciudadanía “no colisiona” ni es incompatible con el fundamento último de la soberanía reconocido en la Constitución, sino que, al contrario, “puede contribuir a reforzar destacados valores constitucionales”. El Consejo estima, asimismo, que la proposición de la ley no vulnera la autonomía local municipal y asegura que el sistema constitucional no prohíbe en ningún caso que la Generalitat pueda consultar a la ciudadanía sobre cuestiones que son de su interés “si lo hace amparada en una competencia propia”.

No deben quedar dudas, entonces, de que el 9 de noviembre se puede votar en la consulta no vinculante. Ello es así porque la decisión del pueblo catalán de pronunciarse sobre el “derecho a decidir” no vulnera  ni la normativa que rige la autonomía catalana (Estatuto de Autonomía de Catalunya), ni aquella en la cual ésta se basa (Constitución del país), ni cualesquiera otra legislación concordante.

Por ello, debemos afirmar que en el siglo XXI las dificultades de las naciones se deberían solucionar mediante el ejercicio de la democracia. Se teme, sin embargo, que el Superior Tribunal Español pueda anular la próxima ley de consultas que dictamine en septiembre por el Parlament,  situación que provocará una gran indignación, tal vez similar a aquella que embargó al pueblo catalán, hace algunos años, cuando se recortó el Estatuto de Autonomía.

Las elecciones europeas en la Catalunya Soberanista.

Luego de las elecciones del 25 de mayo, Catalunya llevará  nueve diputados al Parlamento Europeo, dos de ellos de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), dos de CiU (Convergència i unió), dos de Ciutadans y otros tres que se reparten PPC (Partit Popular de Catalalunya), PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya) e ICV-EUiA (Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa).

Los nuevos eurodiputados catalanes serán Josep Maria Terricabras y Ernest Maragall, por la coalición Ezquerra Republicana-Nova Esquerra Catalana (ERC-NECat); Ramón Tremosa y Francesc Gambús (CiU); Javi López (PSC); Santi Fisas (PPC); Ernest Urtasun (ICV-EUiA) y Javier Nart y Juan Carlos Girauta (Ciutadans).

El día siguiente al comicio, la Comisión Europea (CE) aseguró que la Unión Europea (UE) «escucha» los resultados electorales de Catalunya: «La Unión Europea escucha mucho y la UE son todos los Estados miembros, así como las instituciones europeas», señaló Pia Ahrekilde, portavoz de la UE;  al ser preguntada en la rueda de prensa sobre los resultados electorales en Catalunya.

Los independentistas de ERC han ganado las europeas en Cataluya con el 23,67% de los votos, y es la primera vez que la formación  vence desde el regreso de la democracia, relegando a CiU al segundo puesto con el 21,86% y al PSC al tercer lugar con el 14,28%.

El proceso soberanista también sale reforzado de estas elecciones y los tres partidos que apoyan la consulta, ERC, CiU e ICV-EUiA, logran un 55% de los votos. Es de destacar que el Partido Socialista Catalán baja a tercera fuerza  -perdiendo un 21% de los votos- y ahondando su crisis cada día más ya que su actual presidente, Pere Navarro, no da un paso al costado para favorecer a eventuales nuevas camadas de dirigentes, como sí lo hizo Rubalcaba a nivel del Estado.

Debemos remarcar entonces que los votos favorables a la consulta o dret a decidir  ascienden a un poco más del 60% de los que han votado en las europeas, frente a un 16% que es contrario y un 14% que vota a una opción que, en este tema, es ambigua.

Debido a estos resultados se entiende  por qué la Unión Europea está “escuchando” atentamente lo que pasa en Catalunya, como lo afirmó su portavoz  Pia Ahrekilde. Y lo que pasa es que el clamor para votar por el “derecho a decidir”  -en el referéndum del próximo 9 de noviembre-  nace de un profundo espíritu democrático y, según todo lo indica, una histórica nación  europea  está dispuesta a ejercer sus derechos.

Catalunya en el ojo del mundo.

Faltan seis meses para que el pueblo de Catalunya concurra a las urnas, convocado por el gobierno local, para responder a dos preguntas que dan contenido al próximo referéndum del 9 de noviembre de 2014 y que están directamente vinculadas al futuro estatus jurídico-político de la nación catalana.

La consulta se estructura sobre la base de dos preguntas: ¿Quiere que Catalunya sea un Estado? ¿Quiere que este Estado sea independiente?

Hace unas semanas, el CEO (Centro de Estudios de Opinión)  organismo autónomo administrativo del Gobierno Catalán realizó un sondeo, correspondiente al primer trimestre de 2014,  que debido a su autonomía y prestigio nadie cuestionó. El cual arrojó las cifras que consignamos a continuación.
Ante la primera pregunta, el 57,6% se inclinaría por el SÍ, y de este porcentaje el 81,8 % reafirmaría su voluntad afirmativa ante la segunda pregunta, de modo que el total de votos por el SI-SI sería del 47,1%. El SI-NO representaría sólo un 8,6% del total.
El 42,4 % restante se dividiría así: 19,3% votaría directamente NO; el 10,9% se abstendría; habría un 0,7 por ciento de votos en blanco; un 0,1 de sufragios nulos; y un 0,2 %  no sabría qué votar. Según el sondeo, el 1,8 % no contesta y los indecisos ascienden al 9,4 %.
Asimismo, la medición pone de relieve que  sólo el 22,5% se proclama independentista de toda la vida, en tanto que el 25%  ha asumido esa posición en los últimos años.
Si se considera la muestra del CEO en el marco de la relación votante-partido, el dato indica que de  los afiliados-simpatizantes del Partido Popular (PP) el 98,5%  no se siente independentista.
En el caso de Convergencia i Unió (CiU), el 33,1%  se considera a sí mismo como partidario de la independencia desde toda la vida, mientras que un 39,6 % lo es sólo desde los últimos años, quedando (siempre dentro de CiU) un 23% que aún no se siente independentista.
Sigue indicando la encuesta aquí analizada que de los votantes de Ezquerra Republicana de Catalunya (ERC), el 51,3% afirma que el independentismo los identifica desde toda la vida, en tanto que el 41,4% ha asumido esa identidad  en estos últimos años.
En el Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC), el 83,3% no se siente independentista y sólo el 11,3% se ha convertido en los últimos años, mientras que  apenas el 3% se considera soberanista de toda la vida. Y si pasamos a Ciutadans observamos que un 99% de sus votantes se confiesan contrario a la independencia.
Jordi Argelaguert, director del CEO, enfatizó que de realizarse consulta el doble SÍ superaría la barrera del 50%, ya que no habría que sumar ni a los abstencionistas ni a una parte de los que hoy no saben si votarían. «Sólo con que sacásemos a los que son abstencionistas, los porcentajes de SÍ y de NO ya oscilan lógicamente al alza», ha señalado; y vaticinó que el apoyo a la independencia rondaría el 55-56%, en la línea de datos anteriores del CEO y de otros organismos.
Si tenemos en cuenta estos posibles resultados comprendemos la negativa sistemática de Madrid para realizar la consulta.
Empero, es mucho lo que se juega aquí y  lo que se juega no atañe sólo a Catalunya o a España. Es la humanidad toda la que debería comenzar a cultivar una cultura de la convivencia y la democracia. La independencia impuesta por la fuerza y la violencia no es genuina. La resolución de conflictos de este tipo de manera ordenada y democrática, mucho más cuando se trata, como en el caso de Catalunya, de un país histórico, sería un logro de resonancia ecuménica y un ejemplo de lo que deben ser las prácticas de los Estados miembros de la comunidad internacional cuando de sus relaciones recíprocas se trata.
El próximo 9 de noviembre, en Catalunya, el diálogo y la razón deberán tener su oportunidad en línea con la natural aspiración a la paz y la seguridad internacionales, tal como lo preceptúan la letra y el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas.